Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
Durante mucho tiempo, pensé en el descanso como una herramienta para ser más productivo, sin darme cuenta de que lo estaba convirtiendo en una tarea más. Aprender a desacelerar ha sido un proceso muy enriquecedor.
Repensando el descanso
Hay una cita del libro “Cuatro mil semanas: Gestión del tiempo para mortales” de Oliver Burkeman que me llamó la atención en el momento en el que la leí. Dice algo así como que nuestra obsesión por extraer el mayor valor futuro de nuestro tiempo nos ciega ante la realidad de que, en verdad, el momento de la verdad es siempre el ahora. También decía que probablemente nunca llegaremos a un punto en el que todo esté en perfecto equilibrio.
Me hizo pensar mucho cuando la leí por el simple hecho de que todavía estoy aprendiendo a descansar por el simple hecho de descansar, en lugar de verlo como una herramienta para mejorar mi productividad.
Déjame que me explique.
Cuando trabajaba yendo a la oficina día tras día, veía los fines de semana como una oportunidad para recargar energías y ser más productivo la semana siguiente. Estaba constantemente con esa sensación. Y eso que me consideraba una persona con suerte si me comparaba con algunos amigos que, en el mejor de los casos, trabajaban entre 50 y 60 horas a la semana.
Y aunque yo trabajaba sobre las 40 horas semanales, la intensidad mental de mi trabajo era alta. Me encantaba lo que hacía y me llenaba mucho que muchas personas dentro de la empresa confiaran en mí para darles datos y charlar sobre cómo poder mejorar lo que estábamos haciendo. Si, diría que me encantaba lo que hacía, así que los fines de semana los usaba para desconectar pensando en cómo podría rendir mejor la siguiente semana.
Ahora escribo esto y pienso que era estúpido. Pensar en el descanso como un medio para el trabajo, qué cosas, ¿no? El tema es que estaba empezando a asentarme en una gran empresa, con sus expectativas, su ritmo, la burocracia y la necesidad de pensar constantemente cómo hacer más. En aquellos años pensaba en el descanso como un medio para trabajar. Eso no es para nada descansar y por más que lo escribo pienso en lo inocente e imprudente que era con mi autocuidado.
La pandemia y el cambio de perspectiva
Llegó la pandemia y con ella la posibilidad de trabajar en remoto. Pero yo seguía obsesionado con descansar para trabajar mejor. Hasta que una mala experiencia cambió por completo la forma en la que pensaba y actuaba.
Cuando el trabajo remoto se convirtió en la norma, una vez “fuera” de la pandemia, empecé a cambiar de hábitos. Pero el problema es que incluso durante ese cambio, me di cuenta de que estaba aplicando la misma lógica de optimizar al descanso. Descansaba con el objetivo de mejorar.
Incluso me dijeron que necesitaba pensar más rápido, que no mejor, y es como si de alguna forma, el descanso se hubiese convertido en otro elemento más de mi lista de tareas pendientes. Descansar con el objetivo de pensar más rápido. Y cuando hablaba con el equipo sobre ello, nadie estaba dispuesto a pagar el peaje por una mala planificación, pero todos lo hacían, constantemente.
Hasta que dejé de medir mi vida en base a la productividad futura y empecé a centrarme en lo que me hacía sentir bien en el presente. No me importaba si pensaba rápido sino la fuerza de esa decisión y cómo era capaz de mover al equipo al objetivo común. En el plano profesional empecé a hablar más. Más cafés, más charlas de trabajo para compartir inquietudes, más dinámicas, compartir más trabajo a medio hacer, preguntar mucho más. Eso me liberó, muchísimo. No era yo sólo sino un equipo.
En lo personal empecé a hacer deporte de forma constante, sin un objetivo más que sentirme bien. Recuperé la pasión que tenía por la fotografía analógica. Cociné de forma recurrente, comiendo menos comida rápida y bebidas con azúcar. Incluso empecé a pensar en proyectos que jamás creí que haría. Esto también me liberó.
Lo profesional ayudó a lo personal, y lo personal ayudó a lo profesional. Pensaba en la cita de Oliver Burkeman. Ya no me obsesionaba el equilibrio ni la productividad, sino sentirme mejor, dormir bien por las noches.
Descansar no es solo para rendir mejor
En el mundo del producto digital, sea cual sea tu disciplina, estamos acostumbrados a medirlo todo. Iteramos sobre hipótesis, analizamos datos, optimizamos cada proceso. Pero cuando aplicamos esta mentalidad al descanso, lo despojamos de su propósito esencial. Pagamos mucho peaje cuando se trata de nosotros mismos.
Y descansar no debería ser solo para “pensar más rápido” en el próximo sprint, para ser más creativo en la próxima sesión de diseño o para hacer un informe más sólido. Descansar es simplemente para descansar.
Hace un tiempo, cuando empezó el año pasado escribí sobre que diversificar mis intereses me hacía mejor en mi trabajo. Es decir, no quería hacer que el trabajo fuese toda mi identidad y que eso me ayudase a ser mejor en lo que hacía sino que quería aprovechar el tiempo en disfrutar de mi pareja, mis sobrinas, la música, la fotografía. Pensaba que enfocarme en eso significaría que no estoy siempre pensando en el trabajo y que eso me ayudaría a desconectar y volver con más claridad.
Ahora me doy cuenta de que el punto no es qué me hace mejor en mi trabajo. El punto es que esas cosas importan por sí mismas y como tales, hay que darles el espacio y el valor que se merecen.
Aprendiendo a desacelerar
Mi pareja me recuerda constantemente que desacelere. Que simplemente esté presente. Ya he tenido experiencias que me han hecho notar lo agotado que estoy en ocasiones. En el camino me he dado cuenta de que, incluso después de dejar atrás el modelo de productividad constante, seguía en una carrera sin fin, saltando de un proyecto a otro, planificando el siguiente reto sin tomarme un momento para celebrar el anterior.
Por eso sigo buscando cómo descansar mejor, entendiendo que el descanso es una forma de hacer una pausa y reconocer dónde estoy.
Después del verano, justo al volver de vacaciones fue cuando decidí hacer un “reset”, sin objetivos de optimizar el descanso. Simplemente hacer cosas que disfrutaba sin una meta definida. Seguí trabajando en proyectos, pero también retomé actividades que había dejado de lado. Me reencontré con aficiones que antes disfrutaba. Dejé de llenar cada hueco con una tarea “útil” y me permití tener espacios sin propósito más allá de existir.
Y eso que todavía no sé cómo descansar “bien”, sigo aprendiendo, pero lo pienso y creo que esa es la clave. La clave es que el descanso real no es algo que pueda perfeccionarse o medirse. No es una estrategia para mejorar el rendimiento de lo que haces diariamente sino que es un acto de soltar el control.
Si te gusta mi contenido, lo mejor que puedes hacer es compartirlo. También he habilitado una página en Ko-fi para que puedas invitarme a un café.
Nada más, por ahora, nos leemos en 15 días, y nos escuchamos ahora, en el nuevo episodio del podcast que tienes aquí abajo.
Gracias.
Nuevo episodio en el podcast
Con Pablo Grueso, CEO de TecnoFor.
Hablamos de procesos, automatizaciones, cultura, operaciones y de otros muchos temas como:
Encontrar cuál es tu propuesta de valor como compañía
La importancia de los procesos
Cómo asegurar que cada proyecto se enfoca en objetivos estratégicos y no en la tecnología por si misma
Saber identificar cuando un proceso es complejo
Equilibrio entre necesidad de estandarizar y el margen de libertad que necesitan las personas
Formas de medir el éxito de un proceso
Gestión de expectativas y riesgos
Muchas gracias por tu tiempo, Pablo.
Te dejo el episodio aquí abajo y en este enlace.
Lo que he leído estas semanas
Una frase
I think freedom, ideally, is being able to choose your responsibilities. Not not having any responsibilities, but being able to choose which things you want to be responsible for. Toni Morrison
Muy bueno! Me hizo re pensar un poco en lo que me venía pasando y buscaba explicarme a mi mismo. Volver a disfrutar como cuando era chico de simplemente hacer algo que me guste sin la necesidad de que sea útil. Seguiremos esa búsqueda. Gracias :)
Buen recordatorio, Juan. En teoría estoy de acuerdo. En la práctica cuesta un poco más. Seguiremos "trabajando" en ello.