Sobre la construcción del futuro y cómo pensar en la "visión"
Algo que siempre me he preguntado es eso de “¿cómo de grandes deben ser tus aspiraciones?”.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, los datos y las empresas.
Hola, ¿cómo estás?
Soy Juan Rodriguez y esta semana te escribo después de cuatro días en los que he descansado y desconectado de ordenadores y redes sociales.
Esta edición va a ser más corta, no hay conversación y puede que la siguiente tampoco. Necesito tiempo para definir temas y buscar a las personas adecuadas.
Igualmente me gustaría poder seguir charlando de producto, diseño, experimentación, y qué mejor que contigo, que me estás leyendo. Si quieres que nos tomemos un café 15 minutos, responde a este correo y encontramos hueco.
Después de esta introducción, pasemos al tema de esta edición a la que he titulado sobre la construcción del futuro y cómo pensar en la "visión”.
Por cierto, tienes el envío anterior, titulado “El cuadrante del trabajo en equipo”, en este enlace.
Soñar en grande / soñar en pequeño
Como en la mayoría de ámbitos de la vida, hay personas a ambos lados del espectro. Y yo, algo que siempre me he preguntado, es eso de “¿cómo de grandes deben ser tus aspiraciones?”.
Algunas personas creen que es importante soñar en grande. Argumentan que “si eres razonable, no harás cosas irrazonables”.
El caso es que sí reduces y reduces el riesgo, la probabilidad de éxito se vuelve alta pero las consecuencias del éxito se vuelven insignificantes. Vinod Khosla tiene el conocido dicho de: "hay una diferencia entre una empresa de cero millones de dólares y una empresa de cero mil millones de dólares".
El punto que trata de transmitir Vinod Khosla es que si tu visión es pequeña, pensarás en tácticas y trucos a corto plazo. Tendrás un equipo mediocre, no un equipo de clase mundial. Tendrás una cultura de buenas ideas, no de ideas innovadoras.
E incluso si tienes una grandísima idea, tu equipo la cogerá y la hará buena. Esa buena idea se ejecutará con modestia porque es lo más razonable. Al pasar de un cambio de juego a mediocre, hemos perdido la ventaja y la posibilidad de impactar.
Cuando intentas hacer algo grande y resolver un problema difícil, existe un gran riesgo de que no funcione, hay que aceptarlo. Pero si funciona, la recompensa es enorme.
Es alto riesgo, alta recompensa. Y hay un montón de problemas muy importantes que necesitan ser resueltos.
Sin embargo, el problema de soñar en grande desde el principio es que:
No tienes del todo claro si hay alguien que “compre” tu problema (luego vemos el ejemplo de Juicero).
Es muy fácil vivir en la ilusión, pero muy complicado vivir de ella
Falta de acción
También existe la posibilidad de no querer ir a lo grande. Piensa en la música. Algunos artistas hacen música para todo el mundo. Eso es lo que les hace felices y es lo que quieren. Es muy similar a una startup que intenta enfrentarse a una gran industria.
Pero también hay artistas mucho más pequeños que quieren centrarse en su “audiencia mínima viable”. Solo quieren hacer música para personas con gustos similares y que entienden su visión de la música. Hacen lo que un grupo de personas aprecia.
Y si este último artista empieza a actuar como el primero, el arte pierde su alma. Porque no a todo el mundo le gusta todo.
Cuando Ford creó su empresa sobre la tesis "Todos deberían tener acceso a un automóvil, por lo que debemos eliminar la restricción, que es el precio", es importante no olvidar que en realidad fue Alfred P. Sloan quien se dio cuenta de que diferentes personas quieren cosas diferentes, y utilizó la creación de valor económico psicológico. Hacer diferentes automóviles con diferentes presupuestos para diferentes personas.
Y esto nos lleva a la ciencia del comportamiento.
La ciencia del comportamiento
Viene de las Ciencias de la conducta y es algo que he empezado a leer recurrentemente desde hace apenas unos meses.
La teoría dice que empiezas con un comportamiento que es fácil. Si es fácil de hacer, el nivel de motivación requerido es pequeño.
A medida que repites el comportamiento, tu confianza crece y el comportamiento se vuelve más fácil. Esto se llama impulso de éxito. A medida que adquieres impulso de éxito, el miedo que impulsa el comportamiento, y que apunta en la dirección opuesta, se convierte en esperanza.
Empiezas a tener más confianza y aumenta la autoeficacia. Eso lleva a lo que se llama un momento de trampolín. Un momento en el que naturalmente asumes un comportamiento significativamente más difícil.
El momento perfecto
No estoy totalmente convencido de cuál es el momento adecuado para soñar en grande. Obviamente, puede que cuando has encontrado Product Market Fit (ajuste entre el producto y el mercado). Pero, ¿hasta dónde?
Creo que cuando tienes la sensación de que estás solucionando algo grande. Por ejemplo, si tienes un grupo que tendría dificultades para vivir sin tu producto, probablemente puedas empezar a soñar con lo que necesitas para llegar a la cima.
Aquí veo dos vías: tecnología y mercado.
En tecnología, el principal riesgo es el producto. Sabes que la gente querrá lo que estás construyendo, pero la pregunta es, ¿puedes construirlo? Para esta vía, tener una gran visión desde el primer día tiene un poco más de sentido. “Vamos a poner a una persona en la luna” es uno de esos ejemplos (aunque no lo haya hecho una startup, o sí).
En la segunda vía, la de mercado, el principal problema es el propio mercado. La construcción es bastante trivial, lo puedes validar rápido, pero la pregunta es “¿qué debemos construir?”. Por ejemplo, Airbnb.
En esas situaciones, se vuelve aún más importante comprender la creación de valor económico psicológico frente a la creación de valor económico tecnológico, y sentirse cómodo con cosas como la ciencia del comportamiento y la economía del comportamiento (últimamente estoy leyendo cosas muy raras, lo sé).
Y sí, aquí entra en juego el nocode. Pero incluso con las tecnologías nocode hay que preguntarse por lo que puedes construir y los riegos que conlleva.
¿Cómo se consigue tener visión?
Y aquí entra en juego la visión. Para lograr una gran visión, se debe tener una aspiración clara y bien definida. ¿Exactamente, qué es lo que quieres? ¿Adónde quieres ir? ¿Cuál es el futuro que estás intentando construir?
Necesitas saber cuáles son las cosas difíciles, qué influye en el éxito y cuáles son los problemas clave a resolver.
Pero todo eso solo se puede descubrir haciendo cosas. Y con ello, lo poco que realmente entiendes sobre el problema en el que estás trabajando. Precisamente por eso los planes de negocios son inútiles y la experiencia es irrelevante.
Por ejemplo, como mencionaba antes, Juicero recaudó más de 100 millones de dólares para desarrollar su visión de la máquina exprimidora de bolsas de zumo de 700 dólares antes de haber hablado con un usuario. Eso les permitió vivir en el engaño durante mucho tiempo. Si les hubieran dado una menor inversión se habrían visto obligados a moverse mucho más rápido.
Y mucha experiencia significa que estás haciendo suposiciones. Suposiciones que ni siquiera eres consciente que estás haciendo. Mira las principales innovaciones de los últimos años: coches sin conductor, relojes que miden tus pulsaciones, transporte más rápido, etc.
La inexperiencia trae una nueva perspectiva porque eres demasiado ignorante para saber lo que “no debes cuestionar”, por lo que terminas cuestionándolo todo y razonando desde los primeros principios.
Tienes visión pero, ¿ahora qué?
El siguiente paso es establecer revisiones. ¿Qué hemos aprendido? ¿Qué tiene que pasar en nuestro camino?
Es un error hacer un plan y seguirlo como si nada, como si no se aprendiese por el camino. Lo peor que puede pasar es construir algo incorrecto pero a tiempo y dentro del presupuesto. En su lugar, ten en cuenta su aspiración y trata el plan como lo harías con cualquier otra cosa. ¿Está funcionando? Si no, cámbialo. Lo que estás haciendo no es el plan. Es el proceso lo que crea el plan.
Quieres tener una buena idea de a dónde quieres ir (es decir, el problema importante que estás resolviendo), pero tienes ser flexible con la forma en la que intentas llegar.
Otra razón para tener en cuenta tu visión es que quieres saber si lo que debe pasar está cerca o no. Es posible enfocarse en una sola cosa, pero si no lo llevas a la visión tienes un problema.
Algunas personas dicen que debes ser obstinado con tu visión y flexible con tus tácticas. Creo que es una gran heurística, pero también hay que mantener los ojos abiertos para notar las cosas que los usuarios quieren si lo que estás haciendo no funciona tan bien como esperabas.
Eso fue lo que permitió a Mike y Kevin convertir a Burbn en Instagram, a Andrew a convertir The Point en Groupon y, a Steward Butterfield convertir Glitch en Slack.
Personas
Siempre he sido asalariado pero eso no cambia mi postura sobre que una gran empresa es siempre el resultado de grandes personas, no de un gran plan. Esta es una idea sorprendente y contraria a la intuición. Y es por eso que tantas personas todavía sobrevaloran las ideas y la planificación, y subestiman a las personas extraordinarias.
Pero las grandes personas son importantes no solo porque son el ADN de la empresa en los primeros días sino también porque determinan quién más entra en la empresa. Funcionan como un imán para atraer a otras grandes personas. Y las grandes personas harán mejores a otras personas.
¿Por qué? Porque harán mejores preguntas.
Falla, equivócate, fracasa
En una charla de Stanford, Marc Andreessen dijo una vez que el fracaso es obviamente malo y que le sorprende tener que señalarlo. Obviamente, no es bueno si fallas. Pero deberías sentirte muy cómodo con el fracaso siempre que no sea lo último que hagas. Ese tipo de fracaso no es tanto un fracaso como parte del proceso de creación del plan.
¿Qué sé yo? A veces pienso que no tengo ni idea de nada y aquí estoy, escribiendo esto. El punto que quiero transmitir es: acepta el fracaso como parte del proceso y ponte de acuerdo en probar un montón de cosas diferentes.
Optimizar para probar muchas cosas.
Al final, encontrarás lo que funciona, y no por ingenio, sino porque lo has intentado y has fallado en todas las demás opciones y esto es lo único que queda.
Qué he leído en estas semanas
Stop Trying to Raise Successful Kids, and start raising kind ones de Adam Grant y Allison Sweet Grant en The Atlantic.
Es un artículo muy curioso, incluso para aquellas personas que no tienen hijos. Es una una gran lectura con muchas observaciones que invitan a la reflexión sobre el tipo de modelo a seguir que los adultos pueden y deben ser.
Desmitificando hablar en público de Lara Hogan.
Hace unos años, Lara Hogan escribió el libro Desmitificando hablar en público. Hace ya un tiempo que lo ha puesto en su página web para leer de forma gratuita. Como persona a la que le cuesta hablar y enfrentarse a multitudes, esto me ha venido francamente bien.
La trampa de la productividad de Lawrence Yeo
En estas últimas semanas me he “obsesionado” con ser más productivo. Y en esta breve publicación, Lawrence Yeo logra resumir perfectamente mis sentimientos sobre nuestras vidas obsesionadas con la productividad.
“La tensión fundamental es esta: cuanto más veas tu tiempo a través de la lente de la productividad, menos podrás verlo a través de cualquier otra lente. El cansancio a menudo se asocia con trabajar demasiado, pero la verdadera razón por la que sucede es porque te has definido a ti mismo por lo que produces. No es solo el esfuerzo de energía gastado durante tus horas de trabajo, sino el esfuerzo de pensamiento gastado durante el tiempo que no estás trabajando”.
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Una frase
No juzgues cada día por lo que cosechas sino por las semillas que plantas. – Robert L. Stevenson
Espacio para sincerarse
Si en la edición anterior, hace 15 días, comentaba que apenas había podido trabajar en una web para Rodobo, en el momento de enviar esta edición (martes 19 de abril de 2022) ya tengo algunos componentes en Webflow. Todo despacio y con buena letra.
A fecha 18 de abril de 2022.
Suscripciones: 374 personas (muchas gracias)
Tasa de apertura de la edición anterior “#48. El cuadrante del trabajo en equipo”: sigo en el 57% (y muy agradecido)
Visualizaciones de “#48. El cuadrante del trabajo en equipo”: 671 visualizaciones
Por otro lado, quiero recordar que he empezado otro boletín, “Las Cartas de Rodobo”, por el simple gusto de escribir cuando me apetezca. Sin temática, solamente escribir. Aquí te cuento un poco más sobre el por qué.
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La foto de portada la hice en agosto de 2021, en un viaje Motril - Murcia. Los cristales de la cámara que tengo estaban mal calibrados y no enfocaba al infinito (por suerte ahora está arreglada pero imagina el disgusto que me llevé al ver las fotos de todo el verano. Al menos, que sirvan de algo).
Nada más, nos leemos en 15 días.
Gracias.