La normalización y superación del síndrome del impostor
No importa si eres product manager, diseñador de producto o desarrollador. Todos estamos en un espacio que está en constante movimiento.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
Hola, ¿cómo estás?
Soy Juan Rodriguez y esta semana te escribo con muchos nervios. Esta tarde del martes 31 de mayo y el próximo jueves, día 2 de junio, vuelvo a dar clase.
Me hace mucha ilusión pero al mismo tiempo siempre pienso en si lo que tengo que contar aportará a quien me vaya a escuchar. Digamos que tengo, en ocasiones, aunque trate de normalizarlo, eso que se denomina síndrome de impostor. Y de ahí el título de esta edición.
No pensaba escribir sobre ello y puede que el resultado no sea del todo de mi agrado, pero si lo pienso, ¿no es esto, sentirse un poco impostor?
Como viene siendo habitual, tienes el envío anterior, titulado “El poder de una retro", en este enlace.
Conversaciones
En el anterior envío de este boletín te contaba que había tenido una conversación muy interesante con Manu Gamero, director de Sensa.co, en la que hablamos de estrategia, artesanía, diseño y marcas.
Te dejo el episodio aquí debajo.
En esta edición te adelanto que hace una semana estuve hablando con Carlos Beneyto de Edify Houses sobre construir proyectos en nocode, validarlos y escalar.
La historia de Edify y el conocimiento de Carlos es brutal, y es una de las charlas en las que más he disfrutado. Tanto que me costaba cortar a Carlos porque todo lo que contaba era muy interesante.
Quiero publicar el episodio este domingo 5 de junio pero es posible que se retrase unos días, ya que el fin de semana lo pasaré descansando, sin tocar un ordenador, lejos de Madrid.
Igualmente puedes hacer click en este enlace para no perderte cuando lo publique.
La normalización y superación del síndrome del impostor
Tenía muchas ganas de escribir sobre este tema desde hace algún tiempo, ya que es algo que experimentaba con frecuencia al comienzo de mi carrera. Más concretamente en Diario AS, y en toda y cada una de las veces que he cambiado de trabajo.
Sobre Diario AS ya mencioné en un anterior envío que mi posición allí se basaba en todo aquello en lo que pudiera aportar a la compañía sin dejar de lado mis tareas dentro del equipo de audiencias. Es decir, tenía mucha libertad para desarrollarme en otras áreas. Es un aspecto positivo, pero también un camino lleno de momentos de mucha incertidumbre personal.
Incertidumbre porque actualmente hay varias definiciones sobre muchos roles. En lo que a diseño se refiere, Figma revolucionó en 2016 la forma en la que trabajamos. Al igual que las herramientas sin código como Webflow y Framer están haciendo en la actualidad con la forma de desarrollar y crear producto. Como también los lenguajes de programación que no existían hace diez años.
Aceptando el síndrome del impostor
Antes de entrar en materia, comencemos diciendo que todo el mundo tiene dudas a veces, es normal tenerlas. Como profesional, y más en un entorno digital que está en constante cambio y desarrollo, estamos en roles que no están particularmente maduros como para no sentirnos como un impostor.
¿Por qué? Para empezar, dale un vistazo rápido a cómo has llegado donde sea que estés en la actualidad. ¿Cuál es tu historia? Sea lo que sea, verás que no tienes capacitación formal o título, porque a veces no existe, para "validar" tus habilidades, y que no hay un camino establecido.
Nadie te capacita, por ejemplo, para ser Product Manager. Y una vez que lo eres, estás en una posición que es complicada de medir. Tu trabajo es tomar decisiones difíciles con la información que tienes en ese momento. En ocasiones un tipo de información limitada e imperfecta con la que debes priorizar y minimizar el riesgo en un espacio de incertidumbre y ambigüedad.
¿Se ve por dónde voy? A veces no hay una respuesta correcta.
Sobre esto reflexionaba hace un tiempo en Twitter. Estoy aprendiendo ahora, después de 8 años trabajando sin descanso. Teniendo en cuenta todo eso, aparentemente sería una locura no tener dudas sobre tus habilidades.
Y no me importa si eres product manager, diseñador de producto o desarrollador. Todos estamos en un espacio que está en constante movimiento.
Qué significa el síndrome del impostor
El síndrome del impostor es autocrítica y duda. Es esa voz interior que te dice cosas como: “No eres lo suficientemente bueno, no mereces estar aquí, llegaste por tener suerte. Ya se dará cuenta alguien de lo malo que eres”.
Especialmente cuando cambias de trabajo y empiezas una nueva aventura en la que estás trabajando con muchas personas inteligentes, talentosas y experimentadas. Hasta el punto de pensar que dirás algo incorrecto en una reunión, harás una pregunta tan obvia que sonará estúpida, o cometerás un error tan tonto que quedará claro que no tienes ni idea de lo que estás haciendo.
Nadie nos capacita para ello y es frustrante cuando pasa porque afecta a la confianza que tienes para trabajar en un espacio mental en el que necesitas seguridad.
Claramente, esa no es una forma saludable y productiva de pensar y hablar contigo mismo, y se ha demostrado que este "sentirse como un impostor" causa ansiedad y depresión tanto en el trabajo como en casa.
Aún así, lo más probable es que te sientas de esta forma en algún momento. Además de criticarte directamente a ti mismo, hay otras formas en que el síndrome del impostor se revela de manera más sutil. En el pasado yo experimenté algunas de estas sensaciones:
Incapacidad para evaluar de manera realista tus competencias y habilidades
Atribuir el éxito a factores externos
Minimizar tus habilidades y experiencia
Miedo a no estar a la altura de las expectativas
Falta de confianza para tomar decisiones rápidas
Criticar demasiado tu desempeño y lo que haces
Sentirte atacado por críticas o errores a tu trabajo
No hacer preguntas porque temes parecer estúpido
Ahora que sabemos que el Síndrome del impostor es real y que es muy normal, y de hecho, en realidad es una indicación de éxito y una señal de que estás en un papel que es lo suficientemente desafiante como para justificarlo, y en una posición de aprendizaje constante, la aceptación es un tratamiento subestimado.
Aceptar el Síndrome del Impostor es el primer paso a cualquier cambio. Con esto en mente, pasemos a algunos consejos que yo mismo he aplicado para lidiar con ello.
Sentirse como un impostor no te convierte en uno
La conclusión más importante, y por eso empiezo con ella.
Si bien puede parecer obvio leerlo aquí, para mí no lo fue hasta que lo acepté y dejé que se asentase explícitamente. Tener conciencia de lo que sientes ayuda a que puedas entrenar perspectivas y reacciones.
Para mi, es una de las herramientas más útiles que puedes usar para abordar esa sensación de una forma efectiva. Nadie sabe todo y tú tampoco puedes saberlo. Pregunta, escucha, actúa y vuelve a preguntar, solo así se aprende.
Hazlo para aprender o no lo hagas
Cuando he ido creciendo en responsabilidades siempre he tenido un atisbo de duda. ¿Estaré en el lugar correcto? Es normal dudar de lo que sabes pero hay que saber que si estás donde estás, es porque eres lo suficientemente bueno.
Puede que no lo seas desde un punto de vista técnico, pero sí seas bueno relacionándote con los demás y sacando lo mejor de cada uno.
Algo que personalmente me ha ayudado en muchas ocasiones, es hacer una evaluación de mis habilidades sociales y de desempeño. Escribo mis logros, veo qué se me da bien, y dónde quiero estar en un tiempo.
En tema habilidades, también ayuda no concentrarse en hacer todo perfecto sino más bien, a hacer las cosas, razonablemente bien. Al final se trata más de tomar acción y concentrarse en el “proceso” que en el “resultado” en si.
Sinceridad para reducir la presión
La honestidad siempre es la mejor opción. No hay que tener miedo a decir que no sabes algo o que te falta suficiente información como para tomar una decisión ahora mismo. Recuerda, van unas cuantas veces, nadie lo sabe todo, y ser sincero y vulnerable, además de mostrar humildad, reduce la presión.
Encuentra un mentor, incluso un compañero de equipo con el que puedas hablar sobre lo que sientes. Con el tiempo descubres que no estás solo con tus dudas y validarás que lo que sientes es real, y que, de hecho, sentirte así no significa que seas un farsante.
No tengas miedo de probar algo nuevo
La duda puede evitar que salgas de tu zona de confort y cuanto más te quedes donde estás y menos te esfuerces, experimentes y estés preparado para cometer errores, menos probabilidades tendrás de crecer.
Yo estaba en una posición muy cómoda de seguridad en mi etapa en Diario AS y comprendí que si quería crecer tenía que dejar de lado los miedos y las inseguridades de desafiarte a ti mismo. Aceptar desafíos ayuda a tener más perspectiva sobre lo complicado que es para todo el mundo.
Y sobre todo ayuda dejar de compararte con los demás. La gente tiende a compararse con otros que son similares a ellos, es la naturaleza humana. Con el podcast he aprendido que todos dudamos, todos intentamos hacerlo lo mejor posible, y que escuchar lo que dicen los demás es la mejor forma de aprender.
Aprende a ver cuando las cosas van bien
Hay ocasiones en las que he sido una persona insegura sobre mi desempeño. Me costaba aceptar cuando las cosas van bien y siempre estaba alerta sobre cualquier cambio y cómo este cambio iba a afectar en mi día a día.
Digamos que era una persona pesimista, porque anticipaba lo malo incluso antes de que ocurriese cuando ni yo mismo sabía lo que iba a ocurrir y no tenía ninguna señal para adivinarlo.
Esos son momentos en los que simplemente tienes que relajarte, disfrutar de la experiencia y descansar. Lo positivo también se contagia y desde luego que es mucho mejor un entorno positivo que un entorno negativo.
Lo positivo conduce al compromiso en equipo, y ya he mencionado en más de una ocasión en este boletín, que no hay nada más valioso que aprender en equipo.
Disfruta del día a día, concéntrate en lo que puedas controlar.
Mi conclusión en todo esto
El síndrome del impostor es real, es una forma de ansiedad y definitivamente no es útil para tu carrera. Si lo experimentas, y estoy dispuesto a apostar que lo harás si aún no lo has hecho, tómate un momento para darte cuenta de que es una señal de que probablemente estés consiguiendo pasar a un rol con más responsabilidades y desafíos, o que simplemente estés ante una nueva experiencia. Una nueva ciudad, un nuevo equipo, nuevas formas de trabajar.
Al mismo tiempo, ten en cuenta que puedes superarlo. Con el tiempo, a medida que tengas más experiencias, ya sean éxitos o errores de los que aprender, tendrás más confianza en tus habilidades y te sentirás mejor.
Por último, si tienes algún consejo, idea o una historia que contar sobre esto, me encantaría leerlas en los comentarios o que me escribieras para hablar de ello.
Lo que he leído estas semanas
Creo que disfrutarás del proyecto de investigación de Behzod, Organizaciones como ecosistemas.
Un excelente artículo sobre la falta de sentido de las muchas tendencias que inundan implacablemente las redes sociales y fomentan el consumismo rápido.
Las personas y sus historias.
Siempre he querido tener una revista. Es un deseo que tengo desde que tenía 16 años. Me encantaría. Con el tiempo he visto cómo cada vez se aprecia menos el formato en papel pero para mí tiene un aire único, nostálgico, como una fotografía analógica.
Recientemente he descubierto un proyecto en el que me hubiera gustado participar. Nobody es una nueva revista impresa semestral sobre personas y las historias, lugares y cosas que transmiten.
Esta nueva publicación independiente con sede en, lo que para mi es capital del underground, Berlín, publica escritos extensos, series de fotografías, memorias ilustradas y otros experimentos de voz sobre "las vidas de los extraños y las experiencias cotidianas que nos enseñan sobre nosotros mismos".
Una frase
Todo lo que hay que decir ya está dicho. Pero como nadie estaba escuchando, todo debe ser dicho de nuevo. – André Gide
Construyendo en público
Tengo muchas ganas de vacaciones, de darme un descanso. Hay un nuevo episodio de Rodobo con fecha y otros tantos que cerrar. Quizá me plantee descansar en julio y agosto con publicaciones más cortas.
Vamos con las métricas de Rodobo, a fecha de anoche, 30 de mayo de 2022, sobre las 21:40 horas.
Suscripciones: 476 personas (37 personas más desde la última edición, muchas gracias. Similar a los 39 de hace dos semanas. Me hace mucha ilusión)
Tasa de apertura de la edición anterior: 55%
Visualizaciones de la edición anterior: 606 visualizaciones (la he compartido más veces y en más canales, ¿hago publicación de esto?)
Si te gusta mi contenido, lo mejor que puedes hacer es compartirlo. También he habilitado una página en Ko-fi para que puedas invitarme a un café.
La foto de portada la hice en agosto de 2016 de vacaciones en la playa. Fue el año en el que empecé a probar la cámara de mi abuelo. No recuerdo qué carrete era, pero lo que sí recuerdo es que después de ese verano la llevé a arreglar y ahora va como nueva.
Nada más, nos leemos en 15 días.
Gracias.