Generalistas y la montaña equivocada
Generalistas y especialistas, ¿qué pasa si empiezas en la montaña más baja y terminas escalando la equivocada?
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
En teoría, antes de finalizar el año tendrían que haber dos publicaciones más, esta que estás leyendo, y la siguiente, para el 27 de diciembre. Puesto que en esas fechas estaré disfrutando de unos días de descanso, he decidido que esta será la última Rodobo de este año y no habrá más hasta el 10 de enero, después de la festividad de reyes.
Quiero aprovechar, antes de pasar al tema central, para agradecerte por estar leyendo esto. Muchas gracias, y feliz año. Nos leemos de vuelta el 10 de enero.
Como siempre, tienes el envío anterior, “Feedback como herramienta para avanzar” en este enlace.
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Conversaciones
En el momento en el que estás leyendo esto tengo en la agenda dos episodios para el podcast. Uno esta semana y otro la próxima semana.
Quizás los guarde para el inicio de año o quizás publique uno de ellos antes de que acabe el año. Lo haga o no, de igual forma, te dejo en este enlace el acceso a los 36 episodios que hay hasta la fecha.
Últimamente estoy escuchando los primeros episodios, y la verdad, es una gozada. No es de los primeros pero este episodio con Nicolás Pinzón de 13%, a quienes mencionaré más adelante, me encantó.
Trabajo, satisfacción y carrera profesional, con Nicolás Pinzón.
Puesto que esta es la última edición de este año, me he permitido contar una historia relacionada con especialistas y generalistas.
La génesis de este episodio comienza un viernes mientras salgo a pasear. Entre tanto contenido decido escuchar “Hecho a código”, un podcast de 13% con Freddy Vega de Platzi como invitado. Como he contado ediciones atrás, estoy cursando un máster de programación front-end. Me interesa conocer todo lo relacionado con código, y quién mejor que Freddy, uno de los referentes del sector.
La historia de Freddy no es una más, es la de una persona que basa su trabajo en confianza con su equipo, perseverancia en lo que hace, y pasión por cambiar el mundo. Su visión ha dado para esta edición en la que quiero desarrollar una historia sobre especialistas y generalistas. Vamos allá.
Generalistas y especialistas
Nos enseñan siempre a especializarnos. Nuestros padres nos recuerdan con frecuencia la importancia de elegir una profesión de provecho. Las universidades están diseñadas para forzar la elección de una especialización tan pronto como finalices el instituto.
Y lo más importante de este asunto es que el mercado laboral recompensa a los especialistas bastante más que a los generalistas. Piensa en la descripción de trabajo promedio. La mayoría están descritas para atraer a personas con experiencias en un nicho de campo. Como resultado, todos experimentamos la presión de descubrir qué queremos hacer a cada paso.
Y no es fácil saber lo que quieres hacer tan pronto. Es una decisión que tendrá un impacto a largo plazo, no sólo en tu carrera profesional, sino en tu vida. Especializarse temprano es lo que se llama “sabiduría convencional”, como también “consejo atemporal”. Es lo que se deriva del efecto Lindy, que propone que la longevidad de una actividad es proporcional a su esperanza de vida. Lo que significa que cuanto más sobrevive algo, más seguros estamos de que seguirá existiendo.
Antes de seguir, quiero ofrecer un descargo de responsabilidad. No estoy del todo en contra de consejos atemporales como tampoco de la especialización. Históricamente, la especialización ha sido necesaria en agricultura, medicina, política, arte, educación, etc. Pero a medida que el mundo se vuelve cada vez más complejo, no estoy totalmente convencido de que siga siendo el caso.
El camino del generalista
El viaje hacia un perfil generalista ha sido nada menos que gratificante. Y es que miro la carrera profesional que he tenido y me doy cuenta cómo he sido siempre un perfil generalista a pesar de haber intentado especializarme. Ser generalista me ha ayudado a explorar varios campos e industrias dando servicio, e incluso algunas culturas diferentes durante mi etapa en Diario AS trabajando para redacciones en todo el mundo.
Cuanto más amplia era mi experiencia, más aprendía y más realizado me sentía. Nunca me ha importado que los especialistas me superen en su campo porque yo encuentro una zona de crecimiento en la posibilidad de ver el panorama general. Desde muy pronto me llamó la atención la interconectividad de cómo operan los diferentes equipos y las dependencias entre ellos. Y cuando descubrí que podía formarme en ello sentí como si un rompecabezas se estuviera completando frente a mis ojos. El contexto más amplio ofreció una perspectiva única.
Danny Saltaren me ha hablado en algunas ocasiones de la mentalidad del fundador y de cómo es una habilidad invaluable además de la mentalidad de producto. Sin embargo, en mi experiencia, es difícil adoptar esas mentalidades si no tienes una comprensión clara de cómo funciona el trabajo en equipos, tanto relacionados como no relacionados. Y creo que para obtenerla, tienes que exponerte a cuanta mayor variedad de tareas, retos y problemas.
Cuanto más ejecutes, mejor entenderás fortalezas y cómo estas se conectan en los diferentes equipos y fases no sólo de un producto, sino de un negocio. Hay títulos que te dan una visión holística pero, aún así, solamente rascan la superficie. No hay nada mejor que saltar sobre un problema desde diferentes perspectivas, y hacer todo lo posible por aprender, experimentar y resolver.
Aquí hay algunos aprendizajes, personales, sobre la mentalidad del generalista. No tienes por qué aplicarlos, es simplemente mi experiencia.
No confiar en lo sobre-aprendido: si el mundo fuera estático, repetir las mejores prácticas funcionaría siempre. La tecnología está cambiando el mundo tan rápido que lo que hoy conocemos como válido, mañana puede no serlo. Nos dejamos engañar por la experiencia y no nos cuestionamos nuevos enfoques.
El uso de analogías: aceptar lo que es nuevo y hacerlo familiar, o poner bajo una nueva perspectiva lo que es familiar.
Escucha activa: saber que no eres experto en ningún campo te ayuda a mantenerte siempre queriendo descubrir nuevas formas de hacer tu trabajo.
Buscar otras soluciones: en algunos campos, la especialización marca la diferencia, como por ejemplo, en medicina. Pero en la mayoría, las reglas del juego suelen ser poco claras o incompletas. La solución no siempre es tan evidente como parece en tales circunstancias y un enfoque generalista te abre otros caminos.
De hecho, más allá de esta reflexión, siento que lo que crea grandes retornos es la combinación de especialistas y generalistas. En el trabajo, y más en desarrollo de producto, diseño, analítica y experimentación necesitamos de diferentes perspectivas para clavar el problema.

La intersección y el perfil T-Shape
No recuerdo dónde fue la primera vez que descubrí el marco diseñado por Brian Balfour que demuestra cómo se puede sacar lo mejor de ambos mundos.
Lo que Brian explica es que las personas con forma de T son tanto generalistas, por ser muy hábiles en un amplio conjunto de aspectos que se sitúan en la parte superior de la T, como experimentados dentro de una disciplina limitada, lo que se visualiza como la pata vertical de la T.
Para ilustrar el modelo T-Shape, Brian Balfour toma el ejemplo de un perfil generalista en marketing. La parte superior de la T se divide en tres capas.
Una base como capa de conocimiento
Marketing, la capa fundamental
Canales, capa de experiencia
Esto significa que en la parte superior, el generalista tiene un conocimiento amplio de alguna forma no relacionado al resto. Por ejemplo, puedes tener conocimientos de programación, diseño de experiencia de usuario y analítica, pero a medida que profundizas, eso se desglosa en especializaciones e implementaciones tácticas, como por ejemplo CRO, A/B Testing, Copywriting, etc.
Pienso que formarte en diferentes ámbitos te da perspectiva de lo que más arriba citaba, que es más importante clavar el problema que proponer la solución. Y esto porque tener una experiencia más profunda en varias áreas te da la ventaja de poder enfrentar cualquier problema, además de garantizarte un ajuste cultural más rápido con el resto de personas y equipos. Comprender a los demás, tener empatía, generar confianza. Es que al final, esa es la base del trabajo en equipo.
Subiendo la montaña equivocada
Fue Chris Dixon quien escribió un artículo titulado “Escalar la montaña equivocada”, donde describe un problema clásico en la industria tecnológica llamado escalar colinas.
El ejercicio de escalar colinas te hace imaginar que te dejan en un lugar aleatorio en un terreno montañoso, pensemos en una startup. Puesto que es un terreno desconocido y acabas de aterrizar, solamente puedes ver unos pocos kilómetros en cada dirección. Aún así, tu objetivo es llegar a la montaña más alta.
¿Por qué menciono este artículo y este problema? Una vez más por lo que citaba arriba, clavar el problema es más importante que la solución. Y para ello, veamos la distinción más importante entre las trayectorias de los especialistas y los generalistas. No es otra que cómo de diferente se ve el camino por recorrer.
Como especialista, está claro lo que tienes que hacer para prosperar en tu campo. Como ya escribí meses atrás, tienes que dominar tu nicho, ser un artesano de tu oficio. Eso no quiere decir que un generalista no pueda ser un artesano porque por supuesto que puede adoptar ciertas mentalidades del mismo. Los generalistas a menudo necesitan moverse rápido, en zigzag, e incluso dar un paso atrás para avanzar. El camino no está tan claro.
Y es que a primera vista, las personas tienden a dar pasos en aquella dirección que creen, les llevará más alto, pero ¿qué pasa si empiezas en la montaña más baja y terminas escalando la equivocada?
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Lo que he leído estas semanas
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Una frase
El gran desafío de la vida: saber lo suficiente para pensar que tienes razón, pero no saber lo suficiente para saber que estás equivocado. – Neil deGrasse Tyson
Inspiración
¿Cómo se hace un buen logo?
Construyendo en público
A fecha de lunes 12 de diciembre de 2022.
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La foto de portada la hice en septiembre de 2022, en el Parque Cerro del Tío Pío de Madrid. Desde antes de verano estoy recuperando, y mucho, la afición por hacer fotos de carrete, comprándome muchas cámaras.
Nada más, por ahora, nos leemos el 10 de enero. Pasa feliz navidad.
Gracias.