La diferencia entre teoría y práctica
Practicar a propósito es comprender cómo la teoría te puede ayudar.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
El domingo pasado, 28 de mayo, publiqué este tweet en el que comentaba cómo cada día disfruto menos de lo que hago relacionado con trabajo, fuera del trabajo. Empiezo a verlo como obligación y es una sensación que no me gusta nada.
Hablamos de cursos, charlas e incluso lecturas. Y por qué no estos artículos que escribo y el podcast. Por ese motivo puede que me de unas semanas más y tal vez decida pausar este boletín y el podcast durante dos meses, en julio y agosto, para descansar y centrarme en, como Ismael Barros recomendó en una conversación que tuvimos, disfrutar de no hacer nada por placer.
Conversaciones
Con Antonio Rull, product manager en BeBanjo.
En esta ocasión tengo el placer de conversar con Antonio Rull, con quien comparto la pasión por la gestión de producto, los datos y además, el hecho de haber trabajado en medios de comunicación:
Antonio y yo hablamos de:
El perfil del product manager
Por qué las empresas contratan a un product manager
Gestión de la incertidumbre
Documentación y comunicación asíncrona
Manejo de las expectativas y la empatía
Usuarios, clientes y stakeholders
El uso de los datos en producto
Roadmaps lineales, honestos y estratégicos
Muchas gracias por tu tiempo, Antonio.
Te dejo el episodio aquí abajo y en este enlace.
Puedes suscribirte a Cuaderno de Producto, la comunidad en Telegram de Antonio, en este enlace.
La teoría es fácil, la práctica es más complicada
Solía pensar que la teoría existe para dar a las personas una visión de cómo debería ser el mundo. Ahora, después de pensar en ello y de relacionarlo con algunas experiencias, creo que la teoría existe para ayudarnos a practicar, aprender y luego actualizar esas teorías en función de nuestra experiencia.
De hecho, en la actualidad no estoy seguro de muchas de las decisiones que tomo aunque las base puramente en lo que nos dice la teoría. Y no lo estoy por una cuestión de práctica.
Por poner un ejemplo, Danny Saltaren explicaba en un summit de Modulor Ventures la experiencia de construir Polyflow y cómo, a pesar de que la teoría les había guiado en momentos críticos, fue la práctica, aquello que no se cuenta en los libros, lo más importante.
Entonces, si la teoría no cuenta toda la historia, ¿por qué estamos tan obsesionados con ella?
Nos obsesionamos porque nos dan métodos probados, marcos de trabajo que significan que no tenemos que preocuparnos. Por supuesto, es una teoría probada, así que el plan debe funcionar.
Nos encanta la teoría porque nos dice, exactamente, qué hacer en situaciones ambiguas y complicadas. Especialmente en términos de desarrollo y gestión de producto en los que a menudo nos enfrentamos a mucha incertidumbre. También porque la teoría es rápida, y no requiere de pensamiento en primera instancia. Nos indica lo que hacer, ¿qué más necesitamos?
Seguimos a la teoría porque nos hace más inteligentes. Aprendemos por curiosidad genuina, pero siendo realistas, a todos nos gusta sentirnos inteligentes, ¿verdad? Aunque eso no quita para rehuir ante el hecho de que como humanos, generalmente nos sentimos bien con nosotros mismos cuando las personas piensan que somos inteligentes.
La teoría es genial y mi intención aquí no es descartarla. De hecho, creo que nos ayuda e impulsa, en determinados momentos, a la forma en la que hacemos producto y experimentamos.
Mi intención, sin embargo, es ser más consciente de por qué es importante la práctica y en última instancia, que tengamos nuestra propia visión del mundo.
La brecha entre la teoría y la realidad
Los últimos artículos que he escrito me han servido para profundizar sobre la gran brecha entre la teoría y la práctica organizacional. Para entender lo que se supone que es cultura en los libros y lo que realmente es en función de tu organización, de las personas, sus intereses, el momento en el que está el equipo e incluso sobre los estresores que no podemos cambiar.
Todo ello marca la diferencia. Y en esta ocasión pretendo que este pueda ser el primero de una serie de artículos en los que profundice sobre la gran brecha entre la teoría y la realidad, la práctica. Y para hacerlo, quiero poner de ejemplo los frameworks, entendidos como teoría.
Nos encantan los frameworks, nos dan seguridad, nos dicen que hacer a cada paso, nos dan sensación de control, estamos de acuerdo. Pero son lineales, son instrucciones paso a paso. Son como aquellos roadmaps que comentaba con Antonio Rull (tienes la conversación justo arriba). Nos indican qué hacer y nos ayudan a fijar unos tiempos para que podamos tener mayor certidumbre sobre qué hacer a continuación, pero no reducen por si solos el riesgo.
Y la realidad no es lineal sino que es una línea de tiempo que se vuelve obsoleta en el momento en el que empiezas el proyecto. Realidad es una conversación dura y franca con un compañero de trabajo que ayuda a fortalecer la relación laboral. Realidad es tener una conversación con cliente sobre los límites de un proyecto y sobre las expectativas. Realidad es hablar con usuarios y que no comprendan que puede hacer tu producto por ellos. Realidad es tener que simplificar porque no tienes tiempo disponible para desarrollar como a ti te gustaría.
Y ninguna teoría nos prepara para estos momentos en los que solo vale la practica.
Por citar otro ejemplo, la teoría es tan pura e impecable como una ciudad limpia y perfectamente planificada en la que todo el mundo sigue las reglas. Mientras que la realidad es una ciudad repleta de imprevistos y sorpresas. Hoy hace sol, mañana puede que llueva. Aunque eso es solamente lo que dice la aplicación que tenemos en el móvil, veremos si realmente llueve.
Intento explicarme en que, para mí, la teoría es solamente un marco dentro del que trabajar. No es una solución milagrosa. No es la respuesta a todos los desafíos de tu equipo, en tu organización. No es lo que puedes aplicar para cambiar por completo la cultura y la forma de trabajar. No es esa respuesta. Es simplemente una estructura, una base, a partir de la que crear.
Personas que buscan el mejor resultado
Si algo he aprendido en toda mi carrera es que practicar significa ser redactor, arquitecto de información, analista, diseñador de procesos, gestor de contenido. Lo que sea que necesite el equipo.
No me estoy refiriendo a que no deben existir roles predeterminados sino a que cuando practicas, adquieres experiencia, y cuando adquieres experiencia, sabes de qué forma manejar la teoría para adaptarte a cada situación, aceptar la incertidumbre y con esa práctica dar con una solución.
Lo que quiero decir es que hay ocasiones en las que diseño requiere que seas un arquitecto de la información, desarrollo requiere que gestiones proyectos y ser product manager requiere que seas analista de datos. Y todo se basa en la práctica.
Estar atados a la teoría nos impide aprender. Y a veces aprendes que la teoría rara vez refleja lo que realmente haces. Es solamente una suposición sobre lo que implica el trabajo, no una doctrina.
De hecho, esta es una idea que siempre comparto sobre lo que debería ser el trabajo en equipo: en la mayoría de los casos, se trata menos del rol o título y más bien de diferentes personas inteligentes ayudándose mutuamente para conseguir el mejor resultado. Es decir, practicando. Y diría que lo que más importa de esto es aprovechar las fortalezas de cada persona, su experiencia, su práctica, para llegar al mejor resultado posible.
Como siempre, unas conclusiones
Y pese a ello, siempre transmito que las personas estamos constantemente en un proceso de práctica. No es que pasemos de practicar a no practicar. La cuestión radica en si estamos practicando de manera intencionada enfocados en lo que queremos mejorar o si estamos practicando siguiendo lo que alguien nos ha indicado como la forma correcta de hacer.
Practicar lo que alguien más te ha dicho es como coger un diseño y replicarlo sin saber por qué lo estás haciendo. Practicar a propósito es comprender cómo la teoría te puede ayudar.
Así que, como conclusión, la próxima vez que tengas en mente la teoría, recuerda que es sólo un marco para trabajar, una base en la que comenzar. Usala para ayudarte a desarrollar tu propia visión.
Lo que he leído estas semanas
Este artículo de Pavel sobre que no hacer al lanzar una comunidad de pago
Desde la entropía, la newsletter de Claudia Hoya, una delicia
Una frase
Si tocas una nota equivocada, es la siguiente nota que tocas la que determina si es buena o mala. Miles Davis
Construyendo en público
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