Estructuras, restricciones y libertad
Las estructuras nos habilitan a pensar en el problema en lugar de restringir lo que tenemos que hacer. Nos liberan.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
En estas últimas dos semanas he dicho que no a algunos proyectos y tareas, tanto las que me habían propuesto en los últimos meses como las que yo mismo me había auto-impuesto.
¿Y sabes qué? Ha sido hasta liberador. He tenido tiempo para descansar, pensar en lo que me divierte y en las aficiones que quiero recuperar. De ahí ha surgido esta edición.
Conversaciones
Con Edu Burgoa, CPO de PlayFilm.
Tenía muchas ganas de hablar con Edu. Soy seguidor de sus resúmenes de libros en Twitter y me parecen muy interesantes sus reflexiones en esa red social, por lo que le propuse hablar de producto en una conversación en la que tocamos temas como:
Cuando podemos dar por validado un producto
La importancia de hablar con usuarios y con stakeholders
Gestionar expectativas, iterar rápido y responsabilidades
Adaptarnos a un entorno en constante cambio
Hacedores y pensadores
La intuición para priorizar
Muchas gracias por tu tiempo, Edu.
Te dejo el episodio aquí abajo y en este enlace.
Las estructuras te liberan, no son rígidas
Lo admito, siempre que he tenido una estructura ha sido cuando más he prosperado en un tema.
Cuando practicaba judo, tener una estructura de clases semanal hizo que estuviese cerca del primer kyu, próximo a cinturón negro. Cuando me propuse aprender programación, tener horario hizo que pudiera entregar todas las prácticas. Hoy en día, tengo un calendario en el que apunto las sensaciones que tengo para hacer revisiones mensuales.
La forma que tengo de estructurarme no es normal, hay lugar para lo espontáneo pero en su mayoría, siento que esta sensación de necesitar estructura surge al darme cuenta de que no consigo mis metas si no tengo una estructura. Incluso cuando quiero escribir y preparar el podcast, me marco días y horas para hacerlo. Y por eso cuando empiezo un curso en el que el aprendizaje es asíncrono, me cuesta más.
Es estricto en ocasiones, lo admito, de nuevo, pero sin embargo, creo que es parte de la naturaleza humana prosperar en la estructura.
Aquí quiero compartir cómo no existen personas sin estructuras, cómo la estructura es hasta liberadora, de qué forma se desarrolla de forma orgánica y cómo las emociones negativas que surgen de esa estructura, son un espacio para reflexionar.
Y es que quizás por eso estamos aquí.
Todos tenemos una estructura
La falta de estructura organizativamente es imposible. No podemos decidir si tener un equipo estructurado o sin estructura sino solo si tener uno formalmente estructurado o no. El hecho de que las personas tengan diferentes antecedentes, predisposiciones y talentos forma una estructura.
De hecho, es la falta de estructura formal la que hace que las personas pierdan sus responsabilidades y actúen desordenadas, a pesar de conocer el objetivo final por el que trabajan.
Si, estamos desarrollando estructuras grupales, pero creo que el principio de que la falta de estructura es imposible se aplica tanto a equipos como a personas individuales. Y esto no quiere decir que una persona que no usa un calendario para planificar su semana sea una persona sin estructura sino que es básicamente que en su estructura no ha incluido un calendario.
Por el contrario, una persona espontánea nos significa que no tenga alguna estructura sino que ésta es más fluida. Todos tenemos una estructura, los días están marcados por ella (despertarnos, comer, cenar, lavarnos los dientes, ducharnos), y es precisamente tener esa estructura, lo que nos libera.
Sobre restricciones y estructura
La estructura es una forma de restringir, es cierto, y las restricciones nos liberan. No tienen por qué ser siempre negativas. Adam Morgan escribe en el libro, “A Beautiful Constraint” que una restricción "debería ser considerada como un estímulo para el cambio positivo: podemos elegir usarla como un impulso para explorar algo nuevo y lograr un avance".
Es decir, que las restricciones deberían ser consideradas como estímulos para el cambio. Usarlas para perfeccionar una habilidad y para aprender una nueva, también para descansar e incluso para divertirse. Un estímulo para el cambio positivo.
Pensando en producto, de alguna forma, el diseño trata de hacer que las restricciones que tenemos, de tiempo, de dispositivo, e incluso de contexto de uso, sean útiles. Los elementos de la propia interfaz son restricciones, están diseñados para que el usuario realice acciones. Es decir, que el diseño libera al usuario de tomar decisiones innecesarias y de los obstáculos que son innecesarios en el camino a cumplir su objetivo.
En un equipo de trabajo, las restricciones tienen el mismo efecto. De hecho, la estructura en una organización es el proceso de despejar el camino para que todas las personas se puedan desarrollar. Y sin estructura, nos perdemos.
Fluye de forma orgánica
Hay quién dice que las buenas estructuras surgen de forma orgánica. Yo pienso que debe haber limitaciones, restricciones, porque hay sutiles diferencias entre una buena y una mala estructura.
Las malas estructuras están diseñadas para resolver problemas aún no presentes, desconectadas de la realidad, excesivamente complejas y complicadas.
Por ejemplo, un proceso de aprobación con muchos implicados para evaluar el riesgo de cada proyecto. Más personal, cuando marcas tu propósito de año nuevo ir al gimnasio todos los días cuando terminas yendo solamente cada dos semanas.
En este sentido, la ley de Gall establece lo siguiente:
“Un sistema complejo que funciona surge, invariablemente, de un sistema simple que ya funcionaba. Este principio se basa en que los sistemas complejos tienen muchas variables e interdependencias que deben de ordenarse de formas específicas para funcionar.”
Es decir, que las buenas estructuras no se determinan de antemano sino que surgen de la experimentación, de observar, de generar hipótesis, de probarlas, evaluarlas y volver a observar comportamientos. ¿Sabes aquello de un 1% mejor cada día?
Supongo que lo veremos mejor con estos ejemplos:
Para una persona que va al gimnasio una vez por semana es más fácil que se comprometa a ir dos veces por semana.
En un equipo que quieren trabajar de forma más asíncrona, fomentando la autoresponsabilidad, en lugar de implementar un proceso o framework de trabajo de cero, hacen una retro para entender qué funciona y qué no para hacer pruebas.
Sensaciones negativas como oportunidad
Si, tener una estructura a veces estresa, que me lo digan a mí con el bootcamp de frontend o cuando publiqué esta sensación negativa (perdón, substack ya no permite embeber tweets) sobre hacer cosas relacionadas con trabajo, fuera del horario de trabajo.
Son sensaciones negativas que nos permiten evaluar el problema.
¿Escribo por la obligación de publicar cada dos semanas? ¿Escribo para investigar sobre un tema que me interesa?
¿Grabo el podcast porque el algoritmo de Spotify me penaliza si no publico de forma recurrente? ¿Le pido a personas hablar porque me gusta conocer las que admiro y charlar de producto?
¿Me propongo aprender una herramienta por no quedarme desactualizado y ser de utilidad en mi trabajo? ¿Quiero aprender a usar una herramienta porque me divierte pasar horas en ella?
Si me lo llevo a un terreno profesional, cuando miro mi lista de tareas pendientes y veo una serie de tareas que no he completado, me estreso. Como cuando abro el calendario y tengo llamadas repartidas a muchas horas durante la semana me agobio. Son esas situaciones, de agobio y estrés las que sirven como señales para reflexionar sobre el problema.
¿El problema es que tengo demasiadas tareas por hacer esta semana? ¿Necesito reducirlas?
¿El problema es la forma en la que me estructuro? ¿Estoy viendo esas tareas como algo que debo hacer en lugar de elegir hacerlo?
¿Qué quiero decir con esto? Que sin duda, no podemos evitar que tener una estructura nos vaya a crear emociones que no queremos. Con el tiempo, especialmente desde que publiqué aquel tweet, he aprendido a que quizás, esas sensaciones podrían ser una buena oportunidad para reflexionar sobre por qué hacemos las cosas.
Como siempre, algunas conclusiones
Las estructuras nos habilitan a pensar en el problema en lugar de restringir lo que tenemos que hacer. Nos liberan. No existe una persona y un equipo sin estructura como tal sino que existen con una estructura más formal o menos formal.
De lo que se trata es de aprovechar esas sensaciones para pensar y analizar el por qué de las emociones, estrés, agobio, y plantear cambios, experimentos que ayuden a conocer cuál es la estructura que mejor nos funciona, como equipo y como personas.
Lo que he leído estas semanas
Las publicaciones sobre producto de Anthony Pierri en Linkedin
Un podcast: Al Borde del Burnout con Henar Vega
Convirtiendo una nave en vivienda (II): anteproyecto, proyecto, licencia y obra
Una frase
El propósito de la vida es descubrir tu don. El trabajo de la vida es desarrollarlo. El significado de la vida es regalar tu regalo. David Viscott
Construyendo en público
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Nada más, por ahora, nos leemos en 15 días.
Tan importante es tener una estructura de organización como tener flexibilidad para desmontarla y montarla de nuevo adaptándola a una nueva "sensación".
Qué bien artículo 🧨