Las etapas del aprendizaje
Se acaba un año lleno de mucho aprendizaje y quiero aprovechar para escribir sobre las cuatro etapas que lo conforman.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
Se acaba un año lleno de mucho aprendizaje y quiero aprovechar para agradecerte a ti, que estas leyendo esto, y a todas las personas que han participado en el podcast a lo largo de este año.
Gracias. Héctor Giner, Carmen Mora, Carlos Gutiérrez Horno, Olga de Andrés, Marina Lorenzo, Ana Carrascosa, Verónica Bello, Israel Alcázar, Daniel Serrano, Salvador Serrano, Antonio Rull, Edu Burgoa, Isabella De Cuppis, Marta Salinas, Simón G Negrete, Carmen Ansio, Ángela Bergua Royo, Iñaki Tajes, Pablo Mazón, Clara Sánchez-Puga, Misti Peinado, y no me puedo olvidar, aunque las escucharéis en enero, de Charlotte Schoeffler, Verónica Reyero y Melina Jajamovich.
Volveré la segunda semana de enero. Pasad unas buenas fiestas navideñas.
Conversaciones
Con Misti Peinado sobre UX Engineer.
No puedo evitar hablar de la intersección entre diseño y desarrollo. Además de ser un rol muy importante en el desarrollo de producto, es un objetivo profesional al que me gustaría llegar.
En esta ocasión estoy con Misti, Senior Innovation Designer & Front-End co-lead en IBM para hablar de ello.
Cuál fue su camino, cómo aprendió diseño y desarrollo
Cómo es la colaboración con los demás equipos cuando estás entre ambas disciplinas
Lo que aporta una disciplina a otra
Toma de riesgos cuando tienes que diseñar o cuando tienes que hablar con diseñadores para maquetar
Si el conocimiento en ambas disciplinas te hace ser más hacedora o pensadora
Comunicación, estimar esfuerzos, tiempos, etc.
Y también hablamos de una de las dudas que más me encuentro: hasta qué punto beneficia que un product designer sepa de desarrollo, y un desarrollador de diseño
Muchas gracias por tu tiempo y amabilidad, Misti.
Dejo la conversación aquí abajo y en este enlace.
Estamos en constante aprendizaje
El primer pensamiento que tuve cuando terminé el instituto y empecé la universidad fue el de que me quedaban un par de años de aprendizaje hasta la “vida adulta”.
Por aquel entonces no sabía lo que me esperaba, porque si hay un aprendizaje que pueda destacar desde que terminé la universidad, es que todas las personas estamos en un constante estado de aprendizaje de nuevas habilidades y de mejora de las ya existentes.
En mi caso, he podido experimentarlo en especial durante los últimos años. Desde 2018, no ha habido año en el que no haya aprendido una nueva habilidad, por el placer del aprendizaje, por disfrutar de ese proceso, etc. ¿Aprender a vender, a desarrollar, a aplicar técnicas de investigación? Últimamente he disfrutado mucho de ese proceso. Un proceso al que he hecho muchas preguntas y al que sigo haciendo. Una de ellas, “¿cómo podría aprender mejor?”.
Una pregunta cuya reflexión (ojalá tuviera respuesta a ello) me llevó inmediatamente a las cuatro etapas de competencia. Un modelo que explica cómo aprendemos una nueva habilidad. Y no es que sea yo una persona de aplicar modelos, pero entender cómo aprendemos puede ser importante, sobre todo para no bloquearnos cuando algo nos cuesta, ser más pacientes, y aprender a ver y valorar el progreso.
Este modelo ya me ayudó hace algunos años cuando cambié de tareas y de entorno de trabajo. Ya sabes, los cambios siempre son duros y se necesita tiempo para acostumbrarte, aclimatarte y hablar el mismo idioma que el resto del equipo.
Lo que me gustaría explicar en esta ocasión es: cómo saber que estás en cada etapa y qué necesitas para estar en la siguiente etapa. Y para ello, modificaré un poco el título de cada etapa.
Etapa 1: Eres inconsciente
La primera etapa es aquella en la que todos estamos cuando empezamos a aprender algo nuevo. Si has leído o escuchado la frase “No sabes lo que no sabes” es ese mismo concepto. En esta etapa no eres consciente de lo que supone esta nueva habilidad y de tu falta de destreza.
Es la más complicada de identificar por uno mismo porque, de nuevo, en este punto no sabes lo que no sabes. Y la mejor manera de identificar que estás en esta etapa es pedir feedback sincero y honesto con lo que estás haciendo, de tus compañeros, de tu responsable, etc.
Lo pides porque tus compañeros, seguramente más avanzados que tú en esa habilidad, ya serán conscientes de ella y podrán ayudarte a identificar dónde debes mejorar. Saberlo te ayudará a llevar tu incompetencia de "inconsciente" a "consciente".
En este punto es importante entender no solamente la falta de habilidad sino por qué esa habilidad es importante.
Y en cuanto al feedback, entiende que cada persona valorará lo que haces de forma diferente. No todos los consejos y comentarios tendrán sentido para ti. Por eso es valioso encontrar a las personas adecuadas para que te den esos comentarios.
Otra forma de saber que estás en esta etapa es intentar imitar el trabajo de quien está más avanzado que tú. Te darás cuenta de necesidades que no pensabas que tenías. Solamente hay que intentarlo para darte cuenta.
Etapa 2: Ya eres consciente
En la segunda etapa, has identificado dónde puedes mejorar. Reconoces que lo que falta es importante y eres muy consciente de que aún no eres bueno en esa habilidad.
Esta es la etapa más fácil de identificar por uno mismo porque, en este punto, sabes lo que no sabes. Por ejemplo, cuando tuve el temario de JavaScript cuando estaba aprendiendo a desarrollar, entendía para que necesitaba cada función pero no sabía hacerlo con soltura. Sabía lo que no sabía.
Para acelerar el aprendizaje en esta etapa, siguiendo con el ejemplo de aprender desarrollo, creo que es importante no tener miedo al fallo, aprender de los errores. Podía, en ese momento, leer la documentación que nos dejaban en clase, ver ejercicios similares y copiarlos, preguntar a los compañeros, pero eso solamente retrasaba mi aprendizaje activo. Especialmente en un curso tan condensado en el tiempo, aunque esto es otro tema.
Como comentaba en una conversación con Iñaki Tajes, no hay nada mejor que ponerte a ello y aprender haciendo, regularmente, cada rato es bueno. Aunque sean diez minutos, buenos son. Cometerás errores, por supuesto, pero hay que quedarse con lo que salió mal. Así aprenderás y se acelerará tu aprendizaje.
Etapa 3: Eres consciente y sabes que requerirá esfuerzo
En esta etapa sabes cómo tener esa habilidad. Y también sabes que desarrollarla requerirá mucho esfuerzo. Has aprendido lo suficiente como para superar las primeras etapas, pero es posible que no seas consciente de cómo te desenvuelves en esa habilidad.
Una buena prueba para determinar si estás en esta etapa es, como explicaba en el punto anterior, hacer algo que requiera de esa habilidad.
Por ejemplo, siempre he querido aprender a dominar herramientas de diseño, maquetación y automatizaciones, pero soy consciente de que si no las utilizo diariamente no podré practicar y conseguir aprenderlas. Sé que requerirá esfuerzo. Como también sé que en el momento en el que me ponga a ello necesitaré descomponer el trabajo en partes más pequeñas porque me lleva un esfuerzo más grande. Ahí es cuando sé que estoy en esta etapa.
Una etapa, que por cierto, es donde más abandonamos. Y no requiere otra cosa que práctica, y como hablaba con Pablo Mazón, mucha constancia. Porque nuevamente, creo que es la más complicada de acelerar y en la que creo que solamente existen dos formas para mejorar: practicar y enseñar.
Practicar porque tu mente todavía necesita tiempo para asimilar todo lo que estás aprendiendo, y cuanto más practiques, más oportunidades tendrás de aprender.
Enseñar porque así ponemos a prueba nuestra capacidad para organizar ideas. Siempre digo que me gusta dar clase y formaciones porque explicar y enseñar me ayuda a organizar los conceptos necesarios para que las ideas se transmitan de forma más natural. Incluso me ayuda a descomponer problemas de una forma más intuitiva, y en definitiva, aprender de nuevo.
La clave es ser constante, ser regular, practicar. Y en todo ello, escribir esto, por ejemplo, ayuda.
Etapa 4: No piensas en la habilidad, la dominas y simplemente la haces
Como decía en la anterior etapa, dependiendo de tu motivación puede que ni siquiera llegues a esta etapa.
De hecho, la mayoría de nosotros nunca llegamos aquí con muchas de las habilidades que empezamos a aprender. Y no es por ello malo sino cuestión de priorizar. Lo que en un momento fue importante para un proyecto, puede no serlo para el siguiente.
No obstante, si llegas a ello, una buena señal de que estás en esta etapa es que no tienes que pensar en la habilidad, en cómo lo vas a hacer. Es algo que forma parte de ti.
Siempre pongo el ejemplo de un amigo que hablaba italiano con fluidez. El idioma formaba parte de su día a día, aunque por aquel entonces no supiese escribirlo tan bien. Para él era difícil explicar cómo se formaban oraciones o la conjugación de verbos porque no tenía que pensar en ello, simplemente hablaba.
Y lo conoces tan bien que es complicado de explicar. Por eso me parece más realizado estar en la etapa de enseñar. Eso y que en este punto, lo que quieres es mantener esa habilidad, pero eso ya es otro tema.
Como siempre, aunque breve, un resumen
He de reconocer que nunca he sido de guías ni de marcos de trabajo sino de experimentar y probar, pero entiendo el propósito de las cuatro etapas de competencia como una herramienta para entender el proceso de aprendizaje.
Aprender una nueva habilidad requiere constancia, práctica y esfuerzo. Y sin embargo, como citaba al inicio, las personas estamos en constante aprendizaje.
Por cierto, el próximo año toca aprender habilidades no relacionadas con el trabajo.
Lo que he leído estas semanas
Una frase
The true test of intelligence is not how much we know how to do, but how to behave when we don’t know what to do. John Holt
Construyendo en público
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Nada más, por ahora, nos leemos en 15 días.
Gracias.
Muchas gracias. Muy valioso este boletín.