¿Soy necesario?
Esa es la ironía en la que me hayo. Mi objetivo es ayudar al equipo a no necesitarme.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
Como puedes ver, en esta edición he modificado la estructura.
Me apetecía probar a que lo primero que encuentres al abrir el correo sea lo que he escrito estas semanas. El enlace al episodio del podcast no desaparece sino que lo tienes a continuación del escrito.
Vamos a por ello.
Estar entre varias disciplinas
Los momentos en los que más he crecido profesionalmente han sido en los que he estado entre varias disciplinas. Eso no significa que en otros trabajos no haya aprendido, porque creo firmemente que para estar entre varias disciplinas tienes que haber pasado, al menos, por una especialización.
Cabe mencionar que normalmente no me preocupo por aquello que defina mi posición sino por que el trabajo salga adelante. Independientemente de cuál sea la definición de mi posición. Algo que, sin duda, se aprende conforme miras más allá de una disciplina.
Y es que los que estamos entre varias disciplinas, quienes no sabemos qué contestar cuando nos preguntan a qué nos dedicamos en el trabajo, siempre tendremos la duda de si somos necesarios.
En el artículo de hoy quiero compartir dos aprendizajes que he tenido como generalista y que se podrían extrapolar a más posiciones.
El primero de ellos es que es normal cuestionar la necesidad de tu rol, sea cual sea. Innecesario no significa que no seas de utilidad. El segundo es que la facilitación es una habilidad muy importante, especialmente cuando trabajamos en equipo. Déjame que explique las dos.
Encontrando tu hueco
Si me has leído en los últimos meses sabrás que durante el último año me he interesado mucho por los procesos y por la cultura de trabajo.
Creo que los perfiles generalistas, los que tienen diferentes perspectivas y se han enfrentado a multitud de problemas de diferentes especialidades, son quienes detectan más rápidamente cuándo corregir malos procesos y reducir la deuda organizativa. Es decir, cuándo cambiar la cultura cuando la cultura no quiere cambiar.
Lo comentaba en algunas conversaciones del podcast, por ejemplo, con Carmen Ansio, User Experience Engineer, una posición a medio camino entre diseño y desarrollo. Tener esa perspectiva, de varias disciplinas, te permite hablar diferentes idiomas técnicos para saber dónde y por qué fallan los procesos.
De hecho, cuando pienso en un generalista, en mi experiencia como Growth y Product Manager, lo hago desde los principios que definió Ryan Singer en “Shape Up”: dar forma, apostar y gestionar.
Dar forma: definir cuál es el trabajo.
Apostar: elegir qué trabajo hacer y cuándo.
Gestionar: coordinar el tiempo y el esfuerzo de otras personas.
Alguien tiene que estar dando forma, apostando y gestionando. La pregunta es: ¿es bueno contratar a alguien para hacer estos tres trabajos? ¿O estos tres trabajos pueden ser realizados adecuadamente por el equipo actual?
Independientemente de si tu empresa realmente necesita a una persona que haga esto, es posible que, como yo, te hayas preguntado: "Entonces, ¿soy necesario?".
Utilizando “¿soy necesario?” como punto de inflexión
Para mí, "¿Soy necesario?" es un pensamiento recurrente desde hace mucho tiempo. Es una pregunta que me ha obligado a reflexionar sobre mis propias necesidades en torno a sentirme necesario y útil, y cómo esas necesidades pueden tanto servir, como inhibir a mis compañeros de equipo.
Como firme defensor de la autogestión, me esfuerzo por desarrollar esta capacidad en los demás y evitar ser un obstáculo. Intento asegurarme de ser generativo en lugar de productivo.
Es decir, suelo llevar un poco de mentalidad de consultor a mi rol. Mi trabajo es trabajar para no tener trabajo. Sé que suena raro, pero si soy capaz de dejar al equipo una guía, una estrategia y una priorización que puedan seguir sin mí es que he hecho mi trabajo.
Déjame que me vuelva a explicar con un ejemplo para que no parezca que no quiero trabajar.
Me pasaba cuando estaba en Product Hackers. A excepción de las tareas de análisis de experimentos, si era capaz de comunicar efectivamente la hipótesis de un experimento, lo que queríamos validar, referencias de cómo debería ser el diseño y como debería comportarse en producción para que el equipo me necesitase lo menos posible, era una buena señal.
Por eso, en aquella experiencia, en términos de ser generalista aprendí a comunicarme cada vez mejor. Y aún hoy sigo fallando y aprendiendo.
Documentar, ¿verdad? He escrito más de una vez sobre ello.
Pero si, si esto ocurre, ¿entonces qué? Si el equipo puede seguir sin mí, ¿en qué me concentro ahora? Esa situación me invadía una y otra vez cuando daba respuesta y me intentaba convencer de que si, en las primeras fases, soy necesario.
Aprendí a observar este pensamiento de manera no crítica. A no reaccionar haciéndome necesario, porque eso es egoísta. Muy egoísta. En lugar de eso, te recomiendo sentarte con esa pregunta y descomponerla para entender cuales de tus necesidades no se están cumpliendo.
Porque si reaccionamos a esta pregunta haciéndonos necesarios, nos comportaremos de una manera que inhibirá el buen hacer del equipo y por ejemplo, no les involucraremos en ninguna decisión de producto, con todo lo que conlleva.
Ser generalista es ser facilitador
Independientemente de si mi rol es necesario, también me di cuenta de que siempre puedo ser útil facilitando a las demás personas. Tu equipo puede resolver problemas difíciles, priorizar y tomar decisiones difíciles sin ti. Esa es la ironía en la que me hayo. Mi objetivo es ayudar al equipo a no necesitarme. No ser necesario es lo más valioso que puedes hacer por tu equipo.
He hablado mucho sobre ello últimamente en el podcast. Sin ir más lejos, una de las últimas conversaciones, con Charlotte Schoeffler, está dedicada a ello, a explicar que la facilitación es la práctica y habilidad de amplificar la capacidad de un equipo para resolver problemas difíciles por sí mismos. Y que innecesario no significa que no seas de utilidad.
Conforme más habilidades aprendo y más generalista soy, sin hacerme especialista en ninguna de ellas, más importante e interesante encuentro la facilitación para comunicarme efectivamente con muchos equipos.
Y como todo, facilitar requiere de mucha práctica. Como cualquier habilidad, hay que hacerla cuanto más, mejor. Ser constante. Hay que facilitar malas reuniones y aprender de ellas, sin crucificarte por fallar, pero con la energía de hacerlo mejor y ser constante, tal y como aprendemos a comunicarnos y a escribir mejor.
Hay que colaborar con equipos que no están de acuerdo contigo y creen que siempre tienen la razón para entender lo que les mueve y lo que les motiva. Como también ayudar a quienes están facilitando para entender lo que hizo que cualquiera de sus sesiones saliese bien.
En semanas nubosas, con alguna lluvia en Madrid, como en la que estoy escribiendo esto, tiendo a pensar que mis pensamientos son nubes que van y vienen. “¿Soy necesario?” es solamente otra nube más que aparece y se aleja. Y es que como mencionaba antes, con el tiempo he aprendido a observar este pensamiento, hacerme esta pregunta, sin juzgarme. No me importa si lo soy, o no, solamente que el trabajo salga adelante, con calidad, según los plazos marcados.
El origen latino de facilitar es facilis, que significa "fácil de hacer". A través de la facilitación, facilitamos que los equipos alcancen sus objetivos.
Nuevo episodio en el podcast
Con Verónica Reyero, antropóloga e Investigadora en el área de la experiencia de usuario.
En esta conversación hablamos de:
Innovación
Investigación de la experiencia de usuario
El impacto de la incertidumbre en el funcionamiento de una organización
La importancia de la antropología en un proceso de investigación con usuarios
La discrepancia entre lo que las personas dicen, hacen y dicen
La automatización y las nuevas herramientas de inteligencia artificial en la investigación de experiencia de usuario
Cómo influyen las ciencias sociales en la educación de las próximas generaciones
Trabajo de campo y observación como herramientas analíticas para diseñar el futuro
Muchísimas gracias por tu tiempo, Verónica.
Puedes escuchar la conversación en este enlace y desde aquí abajo.
Lo que he leído estas semanas
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