Trabajar duro y problemas difíciles
Hay muchas tareas que son "un trámite necesario" y algunas otras que son problemas abiertos sin definir.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
En la anterior edición comentaba que últimamente no sé sobre qué escribir. Por eso, últimamente he vuelto a escuchar las primeras conversaciones del podcast. Me he dado cuenta, otra vez, que saber escuchar es una cualidad muy importante y que lo que a veces pensamos que es difícil o complejo, solamente requiere de hábito y constancia.
Porque lo que más me ocurre es que cuando tengo una temática, puedo escribir esto en un par de horas pero cuando no tengo una temática, pueden pasar varios días. De esa sensación puede haber surgido esta edición, en la que escribo sobre constancia y la distinción entre trabajo duro y problemas difíciles.
Lo difícil, lo complejo y el hábito
Una distinción idiosincrática que encuentro útil e interesante, aunque no siempre la utilice, es que durante un periodo de tiempo hay trabajo duro y problemas difíciles. Y que no tienen por qué estar unidos.
Por ejemplo, escribir es en ocasiones trabajar duro. Estar cada dos semanas escribiendo es duro, hay que generar el hábito, pero en sí no es un problema difícil. Al menos para mí. No lo es porque no tengo muchas expectativas puestas en lo que escribo. Simplemente es un ejercicio de gimnasia mental.
La distinción, en mi experiencia, es más o menos que algo es trabajar duro si tienes que invertir mucho tiempo y esfuerzo en ello. En cambio, un problema es difícil si tienes que pensarlo mucho y poner muchas habilidades para resolverlo.
En general, siempre puedes tener éxito en algo que es meramente trabajar duro si puedes dedicar tiempo y esfuerzo, mientras que tu capacidad para resolver un problema difícil es, al menos, algo más impredecible.
Creo que soy particularmente consciente de esta distinción porque hacer producto es una mezcla entre trabajar duro y enfrentarte a problemas difíciles. En todos los equipos, cuando defines, diseñas o desarrollas. No importa en qué momento. Lo que no siempre es obvio es cuál es cuál desde fuera.
Hay muchas tareas en producto que son "un trámite necesario" como entender el problema, hablar con clientes, con los usuarios, y algunas otras que son problemas de investigación abiertos y que no están del todo claras. Y si, las dos tienden a mezclarse entre si.
Otro ejemplo es que como mencionaba al inicio, escribir esto de forma regular es un trabajo más duro que escribir un párrafo, pero escribir un conjunto de artículos más largos puede ser un problema difícil.
Lo es porque en este artículo, por ejemplo, aunque al final termino escribiendo más, sobre una variedad de temas diferentes, también tengo que mantener menos pensamientos en mi cabeza y tan pronto como escribo, si noto que llego a un punto en el que no sé cómo seguir, simplemente puedo dar ese contenido, ese párrafo por terminado porque ya ha cumplido con su objetivo.
Por otro lado, escribir un grupo de artículos que tengan coherencia entre si me requiere mantener suficiente enfoque y capacidad para unir pensamientos en un todo. Puede que el final sea genuinamente muy difícil, pero no tiene por qué ser necesariamente duro, sino que se trata más de unir conceptos para que tenga sentido. Y aunque no siempre lo cumpla, en condiciones óptimas puedo escribir esto en un par de horas.
Entender que son cosas distintas
Como decía, en un día bueno, aunque no sepa sobre qué escribir, puedo hacer esto en un par de horas. Lo que pasa es que como decía al inicio, no tengo muchos días de esos tan buenos en esta época del año. Y esto, para mí, es parte de por qué la distinción entre trabajar duro y problemas difíciles es importante.
Lo es porque nuestra capacidad para trabajar duro y para solucionar problemas difíciles se degradan de forma diferente. Hay días como hace un par de semanas en los que, con tanto cambio de temperatura, me sentía como más cansado y triste. Esos días hacen que solucionar problemas difíciles me sea más complicado. Y no es en esos días cuando trabajar duro es un problema, porque no lo es, sino que son días en los que necesito más concentración.
Y esto es parte de por qué la distinción es útil. Tienta mucho pensar en nuestra capacidad para trabajar como algo homogéneo, pero no lo es. Normalmente, cuando estamos cansados, nuestra capacidad para hacer ese trabajo difícil se evapora, porque nuestro pensamiento se ve afectado.
Creo que la diferencia es, más o menos, que los problemas difíciles requieren mucha capacidad cognitiva. Puedes estar trabajando duro mientras estás distraído. Por ejemplo, puedo estar limpiando los platos en la cocina o barriendo mientras escucho un podcast o viendo un vídeo de Youtube dedicando más atención a lo segundo.
Y creo que lo mismo pasa con el trabajo “duro” en el que hay que pensar más, aunque funcione de forma ligeramente diferente. Si intento escribir, puedo hacerlo mientras reviso las redes sociales, pero con la diferencia de que no tengo capacidad para hacer ambas cosas, solo cambio de una a otra constantemente.
Algunas cosas las puedo escribir de esta forma sin problema, otras pues es que sencillamente no puedo. No puedo escribir esto y atender a un vídeo en YouTube, pero incluso entonces, si estoy cansado o comprometido de alguna otra forma, hay veces en las que me distraigo. Es lo que comentaba de cómo afecta nuestro estado.
Y con lo anterior, no me refiero a que me impida escribir sino a que me llevará más tiempo, y según se acerque la fecha de publicar, estaré más estresado. Un clásico.
Tomar decisiones es difícil
Una forma de identificar que un problema puede ser difícil es si implica tomar muchas decisiones y si el resultado depende crucialmente de las decisiones que tomemos.
Esa última parte es importante. A pesar de como he titulado a este apartado, tomar decisiones no es difícil. Si salgo a dar un paseo puedo deambular, tomando decisiones sobre qué camino seguir de forma totalmente arbitraria. Esto, para entendernos, no es un problema difícil, porque las decisiones tomadas no impactan al resultado que buscamos, que es simplemente pasear.
En mi experiencia, creo que tomar decisiones es particularmente difícil cuando no parece exactamente como tomar decisiones. Si tienes una decisión simple que tomar entre dos opciones, esto puede ser muy difícil, pero no suele ser cognitivamente exigente. El problema es más común cuando tienes que elegir entre infinidad de posibilidades. Por ejemplo, hacer la arquitectura web de un software. Hay miles de decisiones que tomar, infinitas formas de reorganizar o reformularla, y tienes que decidir entre todas ellas dependiendo de muchos factores.
El tema es que cuando las cosas van bien, a veces no parece que estés decidiendo nada y le quitas importancia al asunto de tomar decisiones porque simplemente sigues el hilo, eliges una opción y haces lo que viene a continuación. El tema está en que cuando eso no funciona, es muy fácil agobiarse por las posibilidades.
Ir de lo difícil a lo duro
Llevo un tiempo escribiendo sobre la intuición, sobre cómo reducir la incertidumbre haciendo el trabajo que no se ve a simple vista e incluso sobre la gestión de nuestro tiempo y energía. Todo ello siento que va unido a cómo hacemos frente a los problemas.
Y es que básicamente esto va de cómo adquirir habilidades que actualmente parecen estar fuera de tu alcance al mejorar repetidamente tus habilidades actuales en una escala menor. Escribo esto porque mi noción de “trabajo difícil” realmente no sigue la noción de lo que es “trabajar duro”.
Esa diferenciación, aparentemente sencilla, pero que me ha costado muchos años entender, dar forma, a lo que realmente significa la distinción, que no es otra que “Cómo ser capaz de resolver el problema difícil con trabajo duro”.
Y no encuentro otra forma de pasar de lo difícil a duro que haciendo, trabajando, ganando como decía en el artículo anterior, experiencia, enfrentándote a problemas. Porque cómo hacer cosas difíciles requiere de muchas decisiones que en última instancia no importan mucho, porque cualquier decisión que elijas que cumpla con unas condiciones, funciona.
Es decir, que sea la que sea, estarás tomando decisiones. Lo importante es sobre qué casuística tomas esas decisiones, decidir en la dirección de lo que es más inmediatamente útil para entender cuánto de trabajo duro hay en ese problema difícil.
El trabajo puede seguir siendo fácil o difícil si es sencillo, pero ahí necesitas pensar en términos de "¿qué haría esto difícil si fuese difícil?" o "¿cómo sería una versión más difícil de esto?".
Como pensamiento final, tengo la experiencia de que las estrategias que mejor funcionan son las que resuelven, cuentas, como convertir problemas difíciles en algo que se pueda resolver mediante trabajo duro. Y esto para por reducir el coste cognitivo en la toma de decisiones, hacer, actuar, ganar experiencias. Y tú, ¿cómo lo ves?
Nuevo episodio en el podcast
Una charla entre amigos con Pavel Mazuelas, Growth Product Manager.
Pavel es una de esas personas con las que es fácil entenderse e intercambiar opiniones. En su newsletter “El Descubrimiento” tienes contenido sobre herramientas, frameworks, adquisición y growth. Hablamos de ello y de otros muchos temas:
Equilibrio entre trabajo y vida personal
Aprendizajes de trabajar en remoto
Gestión del tiempo
La importancia de saber decir que no para priorizar tareas
Qué es para nosotros experimentar
Diferencias entre experimentar en webs y aplicaciones
Canales de adquisición de usuarios
Aceptar el fallo como parte del aprendizaje
Muchas gracias por pasarte, Pavel. Dejo la conversación, muy distendida, en este enlace y aquí abajo, como siempre.
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Otras lecturas y podcasts
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The whole problem with the world is that fools and fanatics are always so certain of themselves, but wiser people so full of doubts. Bertrand Russell
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Me ha encantado participar en tu podcast!!