La suerte y los momentos de incertidumbre
La incertidumbre no es inherentemente buena ni mala sino que es simplemente la presencia de lo desconocido.
Bienvenido, bienvenida a Rodobo, un boletín quincenal que explora la relación entre el diseño de producto, la experimentación, analítica y las empresas.
Normalmente siempre cuento en este apartado cómo surge la edición que estás leyendo. En esta ocasión empecé a escribir el día después de que el Real Madrid se clasificase para la final de la Champions League. Un dato de tiempo no relevante si no fuese porque me ayuda a ilustrar lo que quiero explicar, que no es otro tema que el de la suerte se busca, se prepara y surge en momentos de incertidumbre.
Escribo cada vez más sin un tema concreto aceptando que no todos los artículos ayudarán a las personas que me lean, pero sabiendo que es parte de seguir intentándolo.
Como ese jugador de equipo que lo intenta una y otra vez. Podrá tener suerte, por supuesto, pero solamente estará en posición de tenerla si lo intenta, porque la suerte no ocurre si no trabajas, si no eres constante.
En este sentido, un equipo, en una empresa, salvando las distancias, es como el de un deporte de alto nivel. Tienes que estar preparado para muchas situaciones diferentes, incluso para moverte en la más profunda incertidumbre.
Incertidumbre, confianza y fortuna
La suerte surge en entornos y momentos de incertidumbre. Lo llevo repitiendo un tiempo.
Algunas cosas están fuera de nuestro control. No podemos decidir en qué país nacemos o quiénes son nuestros padres, pero eso es solamente un tipo de suerte, la heredada. A la suerte que me quiero referir es a la que es moldeable y completamente controlable por nuestra parte, la que se lleva a cabo a base de constancia, esfuerzo y dedicación. La suerte que surge en un evento cuando te acercas a hablar con una persona, la que aparece cuando decides confiar en tus capacidades.
Y es que, el hecho de que esté bajo nuestro control no significa que nos limitemos solamente a pensar y desearlo con todas nuestras fuerzas para que ocurra sino que hay que buscarla, hay que trabajar y dejar que nos encuentre.
Y esto me lleva a pensar en lo que significa que una persona sea afortunada, porque en verdad es bastante sencillo. Lo que percibimos como suerte es simplemente una buena experiencia que no esperábamos. De hecho, si reconocieran el trabajo que haces después de trabajar muchísimo, ¿te sentirías una persona afortunada?
También están las experiencias en las que tendemos a la negatividad. Lo hablaba hace aproximadamente un año con Jorge Barriobero, a quien os recomiendo leer en “En todas partes hay tesoros”. Tenemos que confiar más en nosotros mismos, alejarnos de un problema para ver en perspectiva todas las veces que lo hemos intentado y aceptar que siempre habrá incertidumbre en todo lo que hagamos.
Y la incertidumbre no es inherentemente buena ni mala sino que es simplemente la presencia de lo desconocido. Si supieras en todo momento lo que va a pasar no te sentirías, como explicaba antes, afortunado o afortunada cada vez que pasase algo que no esperabas. Quiero pensar que lo opuesto a la suerte no es mala suerte sino rutina. Y es que al igual que las plantas necesitan de luz para crecer, la suerte necesita de incertidumbre para surgir.
Acostumbrarnos a la incertidumbre
Navegar por lo desconocido, por la incertidumbre, es incómodo. Es muy propio de la naturaleza humana querer que las cosas salgan según lo planeado. Nos incomoda que no ocurra así y buscamos culpables en lugar de soluciones.
Es natural. Lo vemos en las estimaciones de proyectos. Ante preguntas, ¿por qué nos estamos retrasado de la planificación inicial? La primera respuesta que se nos viene a la mente es “el cliente”, cuando debería ser un “sé que nos estamos retrasando por que no hemos podido validar y para seguir adelante tengo este plan”.
Pero también hay que tener en cuenta que simplemente estar en una posición de incertidumbre no es suficiente para tener suerte. Tienes que ser capaz de detectarla. La suerte a menudo se disfraza como una oportunidad potencial en la que tienes que actuar. Es como si alguien te extendiera la mano o dejara la puerta abierta para ti. Aún así, tienes que agarrar la mano o abrir la puerta.
Por eso siempre apuesto por avanzar donde tengamos mayor seguridad, en lugar de estar esperado la confianza plena. Preocuparse por el futuro, tener la capacidad para avanzar, fallar rápido, son habilidades muy útiles en entornos de incertidumbre.
Buscar y encontrar la suerte
Es difícil encontrar la suerte cuando ya sientes que lo sabes todo o que tus días están llenos de reuniones que no tienen sentido. Creo que la suerte ocurre cuando tienes espacio. También lo he ido madurando con el paso de los años, porque con espacio no me refiero a libertad, como tampoco me refiero a más tiempo, porque el tiempo es el que es. Podrías ser completamente libre, pero también estar tan ocupado que no tienes tiempo para nada.
Tener espacio requiere un grado de libertad, es cierto, pero también implica saber que en esos espacios, sin propósito ni producción, que a priori pueden sentirse como improductivos e incluso aburridos son donde se concibe la suerte. Y se concibe porque tienes conciencia, decides dónde mirar. Y esa conciencia no trata solamente de lo físico sino también de lo digital. Si al hacer fotos estuviese todo el rato paseando con mi teléfono en la mano, apenas observaría ese momento, el instante, que me llamase la atención.
Muchas personas pasamos la mayoría de nuestro tiempo diario bajo una avalancha de información. Hoy en día estamos conectados con tantas personas, lugares e ideas, que puede ser difícil discernir qué es adecuado. Las personas, los lugares y las aplicaciones con las que elegimos interactuar influyen directamente en lo que somos conscientes.
“¿Hago esto o hago lo otro? ¿En qué creo? ¿Debería vivir aquí o irme a otro lugar?”, son algunas de las preguntas que más me he hecho en el último año y siento que al igual que ocurre en diseño entrenando la vista, cultivar el sentido del gusto es como podemos responder a estas preguntas para estar en posición de suerte. Saber lo que nos alegra, lo que estimula nuestra curiosidad. Es así como atraemos la suerte.
Y al igual que mencionaba antes con el ejemplo del brazo extendido o la puerta abierta, la suerte no es solamente buscarla sino que debes encontrarla desde la acción. Es la parte más simple pero también la más compleja y difícil. Porque antes lo mencionaba cuando decía que hay que confiar más en nosotros mismos.
La falta de acción viene del rechazo, de la falta de confianza. Si supieses que vas a cerrar ese trato, ese trabajo importante, con un email, seguro que mandarlo sería lo de menos. A veces, todo consiste en no ser muy pasivo ante el día a día.
Estar en posición de recibir la suerte
Desde que en un viaje al norte de España hizo que me imaginase surfeando he leído mucho, visto documentales que explican que en el surf el factor más importante que determina si coges la ola o no es tu posicionamiento.
Solía pensar que tenía que ver con la tabla, la fuerza de tu remada o la técnica que tienes para levantarte, que con dónde estás en relación a la ola. Por eso pensaba que nunca lo intentaría, a pesar de tener que ser una sensación increíble.
Es decir, que para coger la ola tienes que estar lo suficientemente dentro como para que la ola no te pase por encima, y al mismo tiempo tampoco tan lejos como para que la ola no rompa cuando ya llega a tu posición. En cierto sentido es como si la ola ya viniese hacía ti y tú solamente tuvieses que estar en el lugar correcto para cogerla.
Cuento esto porque me sirve como explicación para lo que dicen que la suerte es estar en el momento adecuado, en el lugar correcto. Pero qué complejo es eso visto desde el surf, ¿verdad?
Para cerrar, sin pensar en que pueda gafarlo, fuera energía negativa, pero últimamente me siento afortunado. Tengo espacio, admiro con conciencia el trabajo de quienes me rodean y no me preocupo en exceso de los siguientes pasos.
Nueva conversación en el podcast
Con Alicia Chavero, fundadora de The Crew Concept, una consultora de innovación.
Me encantó la conversación con Alicia porque dentro de todo lo que engloba un equipo de personas, más allá del diseño y la estrategia, me divierte plantearme preguntas y hablar sobre cómo tener pensamiento crítico y creatividad para solucionar un problema.
Entre otros temas hablamos de:
Nuestra definición de creatividad y cómo intentamos estimularla de forma constante
Desarrollar un pensamiento crítico
Qué significa para nosotros la práctica del diseño
Cuál es el rol del diseño en los procesos de transformación
Qué preguntas nos hacemos y hacemos para saber que estamos entendiendo el problema
Cómo ayuda la estrategia desde el diseño a entender el problema
Contextos de co-creación en los que todos participan
Cómo fomentar la creatividad, cultura y colaboración
Muchas gracias por tu tiempo, Alicia. Dejo la conversación aquí abajo y en este enlace.
Lo que he leído estas semanas
Una frase
The greater the artist, the greater the doubt. Perfect confidence is granted to the less talented as a consolation prize. Robert Hughes
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Gracias.
Me ha encantado Juan, y gracias por la mención ♥️. Me flipa la conexión tio, hace poco pensaba también en esto y me ha iluminado la analogía de la planta con la suerte y la incertidumbre. Yo pienso, y está muy ligado con lo que dices, que para encontrar la solución hay que atreverse a unir los puntos aún a riesgo de que salga una mierda y la gente lo vea, el secreto es que nunca es una mierda. Solo el saltar al vacío ya es valioso. Respecto al surf siempre pienso que el deporte es esperar, coger la ola es casi secundario :). Un abrazote bonico.